martes, 29 de mayo de 2012

Formas de galaxia

La creciente potencia de los telescopios, que permite observaciones cada vez más detalladas de los distintos elementos del universo, ha hecho posible una clasificación de las galaxias por su forma. Se han establecido así cuatro tipos distintos: galaxias elípticas, espirales, espirales barradas e irregulares.

Galaxias elípticas

Galaxia elíptica NGC 1316.
En forma de elipse o de esferoide, se caracterizan por carecer de una estructura interna definida y por presentar muy poca materia interestelar. Se consideran las más antiguas del universo, ya que sus estrellas son viejas y se encuentran en una fase muy avanzada de su evolución.

Galaxias espirales

Están constituidas por un núcleo central y dos o más brazos en espiral, que parten del núcleo. Éste se halla formado por multitud de estrellas y apenas tiene materia interestelar, mientras que en los brazos abunda la materia interestelar y hay gran cantidad de estrellas jóvenes, que son muy brillantes. Alrededor del 75% de las galaxias del universo son de este tipo.

Galaxia espiral barrada

Es un subtipo de galaxia espiral, caracterizados por la presencia de una barra central de la que típicamente parten dos brazos espirales. Este tipo de galaxias constituyen una fracción importante del total de galaxias espirales. La Vía Láctea es una galaxia espiral barrada.

Galaxias irregulares

Galaxia irregular NGC 1427.
Incluyen una gran diversidad de galaxias, cuyas configuraciones no responden a las tres formas anteriores, aunque tienen en común algunas características, como la de ser casi todas pequeñas y contener un gran porcentaje de materia interestelar. Se calcula que son irregulares alrededor del 5% de las galaxias del universo.

Cuando la Vía Láctea choque contra Andrómeda...

A 5000 millones de años de unirnos a Andrómeda.

Nuestra galaxia, la Vía Láctea, forma parte de un cúmulo al que se suele denominar el Grupo Local.
Se han identificado más de treinta grandes galaxias como miembros inequívocos de este grupo, además de numerosas galaxias enanas.
Entre los miembros del Grupo Local se encuentran las vecinas Nubes de Magallanes y la gran galaxia de Andrómeda.

Pues bien, ésta última, a una distancia de unos 2,5 millones de años luz, se encuentra actualmente dirigiéndose hacia la Vía Láctea a una velocidad de 100 kilómetros por segundo. Podemos pues prever la colisión de Andrómeda con la Vía Láctea en el plazo de unos cinco mil millones de años.
Cada galaxia espiral de tamaño medio (del tipo de la Vía Láctea) contiene cientos de miles de millones de estrellas y una población de nubes interestelares distribuidas, principalmente, a lo largo de los brazos espirales.
Cuando dos de tales galaxias espirales entran en colisión, las estrellas (muy compactas respecto del tamaño de las galaxias) alteran de manera prácticamente errática sus trayectorias, pues se ven sometidas a numerosas fuerzas gravitatorias.

Los efectos de tal colisión galáctica son particularmente dramáticos para las grandes nubes interestelares gaseosas. Debido a su gran tamaño (de hasta miles de años luz), tales nubes entran en colisión generándose grandes ondas de choque que comprimen y calientan el gas dando lugar a enormes brotes de formación de estrellas nuevas.
El resultado de la colisión de dos galaxias espirales, como la Vía Láctea y Andrómeda, es una galaxia elíptica cuya masa, en forma esencialmente estelar, es la suma de las masas de las dos galaxias iniciales.
Cuando una galaxia enana cae en el campo gravitatorio de una gran galaxia, la primera queda atrapada y es “engullida” por la segunda. Esta ley de “la galaxia grande se come a la chica” hace que las grandes galaxias vayan creciendo cada vez más, mientras que sobre las enanas se cierne, a largo plazo, una amenaza de extinción.

Nuestra Vía Láctea ya ha dado pruebas de su voracidad engullendo varias galaxias enanas que son identificadas en su seno como enormes cúmulos estelares que aún conservan cohesión y entidad propia. Además, en el plazo de unos tres mil millones de años, las galaxias satélites más próximas de nuestra Galaxia, las Nubes de Magallanes, también serán completamente absorbidas por la Vía Láctea.
Este fenómeno de canibalismo galáctico favorece la formación de grandes galaxias en las zonas centrales (más pobladas) de los grandes cúmulos galácticos.


Algo, que la especie humana no verá nunca... 

Gliese 581g, ¿vida extraterrestre?

El mundo más parecido al nuestro de todos los descubiertos hasta ahora.


Esta vez, la cosa parece ir más en serio que nunca. Ninguno de los más de 500 planetas extrasolares descubiertos hasta el momento reúne las excepcionales condiciones que se dan en Gliese 581g, un mundo que tiene tres veces la masa de la Tierra y que se encuentra justo en el centro de la zona de habitabilidad de su estrella.
El hallazgo, que puede marcar un antes y un después en la búsqueda de «nuevas Tierras. Si los datos se confirman, el nuevo mundo sería el más parecido al nuestro de todos los que se han descubierto hasta ahora, tanto, que podría albergar agua y reunir las condiciones necesarias para ser habitable.
Sin embargo, el mero hecho de que Gliese 581g sea considerado capaz de sustentar vida no significa necesariamente que sea un lugar agradable para vivir en él. 
En la Tierra, existen numerosos entornos en los que, a pesar de que existe la vida, los seres humanos no podrían vivir. Lo realmente importante de Gliese 581g es que reúne las dos condiciones más importantes: la posibilidad de agua en estado líquido y la presencia de una atmósfera que retenga los gases necesarios.
El nuevo planeta se encuentra a 20 años luz de la Tierra, alrededor de una estrella, Gliese 581, muy bien conocida por los cazadores de planetas.
Su masa indica que, con toda probabilidad, se trata de un mundo rocoso, como el nuestro, con una superficie bien definida y con una gravedad suficiente para retener su propia atmósfera. 

No es la primera vez que se anuncia el descubrimiento de un mundo potencialmente habitable alrededor de esta pequeña estrella. Otros dos planetas de este sistema se encuentran en las fronteras mismas de la zona de habitabilidad de Gliese 581 y suscitaron, al ser descubiertos, el entusiasmo de la comunidad científica. 
El planeta recién descubierto está justo en medio de la zona de habitabilidad. En nuestro propio Sistema Solar, el centro de la zona habitable está ocupado por la Tierra, y las fronteras caliente y fría por Venus y Marte, respectivamente.

Otra peculiaridad del nuevo mundo es que, debido a las fuerzas de marea y a la distancia a la que se encuentra de su estrella, es más que probable que muestre siempre la misma cara a su sol, de la misma forma en que la Luna muestra siempre la misma cara a la Tierra. Esto significa que la mitad del planeta vive permanentemente de día y la otra mitad está sumido en una noche perpetua.
Los investigadores estiman que las temperaturas medias oscilan entre los -31 grados en el lado oscuro y los -10 en la cara iluminada.
Podemos estar por primera vez, en contacto con vida extraterrestre.

El Cambio climático y sus sus consecuencias en la Tierra


A 13000 millones de años luz

Una galaxia descubierta a 13.000 millones de años luz de la Tierra es el objeto más lejano y antiguo del Cosmos, un récord que los científicos esperan superar en pocos años 


Un mínimo punto de luz, casi invisible, indetectable durante miles de millones de años, aparece de pronto en el fondo negro del Universo. Esa pequeña nota luminosa es el objeto más distante jamás detectado, una galaxia de complejo nombre bautizada como UDFy-38135539, cuya luz ha tardado 13.000 millones de años en llegar a la Tierra. Ningún cuerpo celeste más lejano ni más antiguo ha sido visto jamás por el ser humano.

A medida que las técnicas de detección se han ido desarrollando, los astrónomos han sido capaces de encontrar objetos cada vez más lejanos en el espacio; galaxias, estrellas o quásares que aparecieron apenas unos cientos de millones de años después de la gran explosión del Big Bang, cuando el Cosmos, mucho más pequeño era muy diferente del que hoy conocemos, y ni siquiera existía la Tierra.

La galaxia fue detectada por primera vez por la nueva Cámara de Gran Angular 3 (WF3) del telescopio espacial Hubble en 2009. No ha sido nada fácil dar con ella, ya que su luz, emitida tan sólo 600 millones de años después del Big Bang, ha llegado a la Tierra de forma extremadamente débil, en gran parte porque hasta esa época una densa nube de hidrógeno neutro cubría casi todo el Universo.


«Estamos asistiendo, si no a la primera generación de estrellas, a una de las primeras que aparecieron en el Universo, y eso tiene un impacto cosmológico muy fuerte», explica Miguel Mas Hesse, investigador del Centro de Astrobiología (INTA-CSIC). La carrera de hallazgos ha sido impresionante en los últimos diez años. La última galaxia ha desbancado en el puesto de objeto más lejano a una estrella descubierta el pasado año, cuya muerte en forma de estallido de rayos gamma, una potente explosión de energía, llegó a la Tierra tras viajar también cerca de 13.000 millones de años.

Ahora, los científicos se enfrentan a un reto aún mayor, descubrir objetos de un tiempo incluso anterior, cuando el Universo entero no tenía más de 500 millones de años, estructuras que pertenecen al final de la llamada «edad oscura», la época tras la que aparecieron las primeras estrellas y de la que se aún se sabe muy poco. «Estamos seguros de que en los próximos años, con los instrumentos que ya tenemos -entre ellos destaca el Gran Telescopio de Canarias-, vamos a ser capaces de alcanzarlo», augura Mas.

sábado, 26 de mayo de 2012

GALAXIAS SIN ESTRELLAS

Parece una broma, pero no lo es. Existe una galaxia sin estrellas bautizada con el nombre VIRGOHI21 a 50 millones de años luz de nosotros. Hace unos 5 años, astrónomos de la universidad de Cardiff (Gales), anunciaron el descubrimiento de este extraño cuerpo celeste.

La galaxia está compuesta por hidrógeno y otros materiales clave para la creación de estrellas, pero sorprendetemente no tiene ninguna. Al carecer de éstas, solo es posible detectar esta galaxia por medio de los radiotelescopios, ya que no nos llega luz alguna.
Por lo general, las galaxias son vastas islas cósmicas de estrellas, como nuestra Vía Láctea, que posee alrededor de 100.000 millones, entre ellas, el Sol. La galaxia VIRGOHI21 tiene todos los elementos para fabricar estrellas... pero no tiene ninguna. 
Hasta ahora se habían observado algunos cuerpos celestes similares, aunque más tarde se descubrió que contenían estrellas o remanentes de la colisión de dos galaxias. Sin embargo, cinco años después de su descubrimiento, seguimos sin encontrar estrellas.


Tras muchos estudios, los astrónomos descubren que VIRGOHI21 tiene una masa total miles de veces mayor que la de su contenido de hidrógeno. Entonces, ¿qué es lo que aporta esa masa brutal? La materia oscura. La materia oscura es quizás el mayor interrogante sobre el universo en la actualidad, y esta galaxia nos puede ayudar a saber más de esa desconocida.

"El universo posee una gran cantidad de secretos, pero esto demuestra que estamos empezando a entender cómo observarlo de forma correcta", señaló Jon Davies, del equipo de Cardiff. 
"Es un descubrimiento excitante", concluyó.

IC 1805: Nebulosa Corazón


lunes, 14 de mayo de 2012

Huracán cósmico que gira a 32 millones de kilómetros por hora


Un equipo de científicos ha logrado medir los vientos más rápidos detectados hasta ahora saliendo de un agujero negro de masa estelar, que se mueven a una velocidad de 32 millones de kilómetros por hora, según informa la NASA. Los agujeros negros de masa estelar son aquellos que se forman por el colapso de una estrella masiva, cuyo tamaño es entre cinco y diez veces el del Sol y su descubrimiento ayudará a entender mejor este curioso fenómeno cósmico.


 Los científicos midieron los vientos utilizando los datos del observatorio espacial de rayos X Chandra y descubrieron que se mueven a unos 32 millones de kilómetros por hora, aproximadamente un 3% de la velocidad de la luz, y diez veces más rápido de lo que habían visto hasta ahora en uno de estos agujeros negros. "Esto es como el equivalente cósmico de vientos de un huracán de categoría cinco", señaló Ashley King, de la Universidad de Michigan, en un comunicado difundido por la NASA. "No esperábamos ver unos vientos tan fuertes en un agujero negro como este", señaló. La velocidad del viento en el agujero conocido como IGR J17091 es equivalente a la de algunos de los vientos más rápidos generados por agujeros negros supermasivos, que son millones o incluso miles de millones de veces más masivos. IGR J17091 es un sistema binario en cuya estrella central, equivalente a nuestro Sol, orbita el agujero negro. Se encuentra en el saliente de la Vía Láctea a unos 28.000 años luz de la Tierra.

El asteroide apophis

En junio de 2004 unos astrónomos del Kitt National Peak Observatory descubrieron la existencia de un cuerpo en nuestro sistema solar en una órbita cercana a la de la Tierra. En diciembre de ese mismo año fue observado de nuevo desde Australia y se comprobó que la órbita de este cuerpo podría entrar en colisión con la de la  Tierra en el año 2029.










Tras precisar con mayor detalle la órbita de este asteroide se ha descartado que pueda colisionar con la Tierra en 2029, aunque pasará a menos de un décimo de la distancia que separa a la Tierra de la Luna. Si se estuviese en la zona adecuada se le podría observar a simple vista trazando su trayectoria sobre el cielo. El riesgo está en que este cuerpo pase por una cerradura gravitacional, que es un pequeño pasillo que existe alrededor de la Tierra, y que podría cambiar la ruta de Apophis provocando que 7 años después pueda colisionar con nuestro Planeta. Si así ocurriese, el asteroide podría colisionar en un punto de la línea roja del siguiente mapa. La colisión podría llegar a los 510 megatones. Para haceros una idea la bomba de Hirosima tenia 15 kilotones. La explosión sería por lo tanto equivalente a 34.000 Little Boys.

El planeta Gliese 581g



El planeta, a 20 años luz de la Tierra, se encuentra en órbita de la estrella Gliese 581, por lo que ha sido bautizado como Gliese 581g. Según los científicos, se trata de un planeta "probablemente" rocoso, con una superficie firme. "Está a la distancia correcta de la estrella como para que haya agua, ni mucho calor ni mucho frío, y una gravedad similar a la de la Tierra para que haya una atmósfera", explicó ayer en una conferencia uno de los científicos a cargo de la investigación, Steven Vogt.
El descubrimiento del planeta está detallado en un estudio que publicará la revista Astrophysical Journal y que está basado en más de diez años de investigación en el observatorio W. M. Keck de Hawai (Estados Unidos), financiada por la Fundación Nacional de Ciencia de Estados Unidos y la agencia espacial NASA.
La masa del planeta descubierto es de tres a cuatro veces mayor que la Tierra y su orbita alrededor de la estrella es de 37 días.